08 mayo 2008

ECOS cos cos cos cos...

Como siempre escribo, luego borro, luego vuelvo a escribirlo…
Y así… como siempre, como cada cosa de las que me cuesta…
como si la realidad no tuviera forma de ser remendada.
Como si fuera unidireccional, o peor aun, cuesta abajo…

Y es ahí, en ese preciso momento donde aparece,
silencioso, el fantasma… Tiñendo todo de gris miedo…
se posa en mi hombro izquierdo y me habla al oído;
en si no me dice nada diferente a otras veces…
siempre pronuncia las mismas palabras, con el mismo tono,
con la misma intensidad, en la misma frecuencia…

Pero lo más curioso es que el bloqueo es cada vez más imponente,
como si su voz se superpusiera con las anteriores, formando así un gran eco
interminable, que aturde, que duele, y no permite que mi alma se abra
a todos los impulsos que mi corazón irradia… Esos que hace tiempo
estaban guardados, escondidos, dormidos…

¡Y si! ¡Despertaron! ¡Si! Y quiero ofrendártelos, todos, uno a uno…
Enteramente, sin medir palabra ni acto…
Convertir tus suspiros… de la angustia al placer… del dolor al goce.
Trocar mis fantasmas por duendes, que bailen, que canten flamenquillo
y hagan palmas…

Y sobre todo que rían, todos juntos, con tu risa...
Que se forme un gran eco de alegrías, y ese si… ¡Que no termine nunca!


12/12/08

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