El enterrador culpable suspira.
El organillero solitario llora.
Los saxofones de plata dicen
que debo rechazarte.
Las campanas quebradas
y las velas gastadas
soplan en mi rostro con desdén.
Pero no es así, no nací para perderte.
Te deseo, te deseo...
Te deseo tanto...
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Hace 15 horas.