El enterrador culpable suspira.
El organillero solitario llora.
Los saxofones de plata dicen
que debo rechazarte.
Las campanas quebradas
y las velas gastadas
soplan en mi rostro con desdén.
Pero no es así, no nací para perderte.
Te deseo, te deseo...
Te deseo tanto...
Creador de Contenidos con iPhone Pro para Trabajo Remoto
Hace 1 semana.
1 comentario:
Gracias por pasarte por la Urraca, saludos.
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