04 diciembre 2009

Dylan

El enterrador culpable suspira.
El organillero solitario llora.
Los saxofones de plata dicen
que debo rechazarte.

Las campanas quebradas
y las velas gastadas
soplan en mi rostro con desdén.
Pero no es así, no nací para perderte.

Te deseo, te deseo...
Te deseo tanto...