04 diciembre 2009

Dylan

El enterrador culpable suspira.
El organillero solitario llora.
Los saxofones de plata dicen
que debo rechazarte.

Las campanas quebradas
y las velas gastadas
soplan en mi rostro con desdén.
Pero no es así, no nací para perderte.

Te deseo, te deseo...
Te deseo tanto...



30 octubre 2009

Casaerius

Sigo medio trabado como para escribir... Definitivamente este no es un blog para seguir... No en este momento.

Lo que sigue es un tema de Alfredo Casero, a quien admiro incondicionalmente... Se llama "Cualquier cosa bailarás".
Si, el título no es muy elegante que digamos, pero es Alfredo, y la letra es buenísima... Y el tema más aún... Dejo el link debajo para que lo escuchen...

Ya escribiré algo... Material es lo que sobra, eso seguro...



Dueña de mis ojos, dueña de mi ser.

Puerto en que recalo es esa mujer,
me pinta, me tacha y me vuelve a pintar
se pasa la vida buscandome un lugar.
Y se asusta un poco por mi alma gentil,
gracias por quererme a pesar de mi,
hago lo que puedo haciendote feliz,
el mundo es de hierro y tu sonrisa maiz.
Faro calentito, alumbras mi mar,
con todas mis olas no te puedo voltear.
No es facil, lo entiendo ponerse a volar
un avion sin alas es puro carretear.

Dueña de mis noches y mi amanecer,
dueña de mis huesos es esa mujer,
prendo lucecitas y la hago volar,
en mi avion sin alas que yo se manejar.
Cada uno en lo suyo debemos dejar
mucho espacio libre para carretear.
Amo tu arte y tu forma de amar,
pero soy yo mismo, y no lo puedo (aunque quiero) evitar.




Escuchen el tema... http://www.listengo.com/song/8479753

03 julio 2009

Serpiente de gas

Ya quiero encontrar
una ruta que llegue a casa
quiero descubrir
esa puerta dicen que no abre
más vale gritar
cien mil veces sobre tus ojos
que morir de a poco
como los que hicieron esto.

Hay que dislocar
el sentido de la enseñanza
no hay ningún dolor
que vivieran nuestros maestros
quiero practicar con los dardos
sobre un tirano
quiero tener sed
para aliarme a lo que me sacia.

Serpiente de gas
costura del sur
tu cuerpo giró
en la oscuridad
salvando mis ojos
y la canción que se extiende
hacia el mar.

Todo se reduce a pensar
como lo hace un muerto
y esta condición
de la vida me desespera
sólo la razón
nos propone autodestruirnos
sólo la razón
viejo rostro de fin de siglo.

Serpiente de gas
costura del sur
tu cuerpo giró
en la oscuridad
salvando mis ojos
y la canción que se extiende
hacia el mar.

La aurora sin tí
es la aurora sin tí
y tu cuerpo giró
en la oscuridad
salvando mis ojos
y la canción que se extiende
hacia el mar.


Lui Alberto Spinetta

01 julio 2009

Día 0

Creer lo que soy

y creer lo que sos.


Cierro la boca,
solo la abro para suspirar



















...

"But come inside, boy, and play, play, play me a song!"



I said "Yeah! Here I go"

She's kinda cute; don't you know,

That after a while of seeing her smile

I knew we could make it, a-make it in style!?



So now I've got all I need

She and I are in love, we've agreed

she likes this song and my others too

so now you see my world is...



15 abril 2009

Creo que hay pocas cosas que odie tanto como este maldito círculo vicioso... Cada vez mas oscuro, cada vez mas pantanoso...
Ya casi no puedo hacer pié...
Y me hundo...

me hundo...





me hundo...

12 marzo 2009

Mirá... el tema es así... Me senté frente a la compu para escribir y desahogarme de toda la amargura que me provocaste dentro... Empecé escribiendo algo muy meloso, de que nunca pensé que me iba a tocar enterrarte a vos, de que esto es todo muy jodido, pura mierda... Pero no.
Tocaron timbre, y era un alumno. Un flaco que me cae re bien, que se proyecta bien, y que me hace sentir útil. Pasó, charlamos un rato, me contó proyectos, le conté los mios, nos pusimos contentos, nos reimos un buen rato, y demás...
Cuando se fué, lo único que pensé fue escribirte esto. Y nada más, nunca más nada. Te entierro, si. Sabelo. Y jodete, bien jodido!

Ni flores, ni oraciones, ni placas de bronce. Ni siquiera una marcha fúnebre...

Hé aquí mi última palada de tierra...

10 febrero 2009

Deseos

Si golpearan a mi puerta un día de estos
con ventura de deseos concederme,
solo fuerza, solo eso pediría.
No es mi estilo hacer sin enorgullecerme.

Me daría, primero, un sacudón, uno bien fuerte,
como un perro cuando regresa su amo.
Sacaría de mi mente los resabios
que el pasado dejó aquí, y no hizo reclamo.

No, no hablo de volver atrás el tiempo,
ni de caminar atrás, sobre mis pasos.
Lo que soy, en parte, es lo que vine siendo,
solo quedan de lo roto unos pedazos.

¿Quedarán dentro de mi, en alguna parte,
recuerdos del buen amante que yo he sido?
¿Estarán en buen estado, conservados?
Solo fuerzas y valor, solo eso pido.

Agregaría, tal vez, un poco de cordura
para no dar lo que tengo, por perdido.
Para creer lo que me dices con tus ojos
y sentir bien dentro que lo he merecido.

Y de la fuerza que me ha sido concedida
la mitad, amor, solo eso te daría.
Solo por verte reir, verte dichosa,
solo de esa forma, felíz, me moriría.

25 enero 2009

La culpa, Fermín y la sombra

Como cada noche, cantaba la misma canción para dormirse. La de Dylan. Y cerraba los ojos, bien cerrados, para que llegue el sueño. Lo deseaba con todas sus fuerzas, sentía como ligeramente venía esa sensación de somnolencia y, al poco rato, sentía como también ligeramente se iba. No era fácil la vida en la nueva ciudad, no era fácil desprenderse de todo asi, tan rápidamente... Pero comprendía esa necesidad de hacerlo. No era en vano, o al menos eso se repetía constantemente para si y funcionaba. Eso le daba un poco de fuerzas para seguir adelante.

Cuando abrió los ojos ya era de día y la lluvia amenezaba de una manera tan hermosa como nunca antes lo había visto. Preparó el tazón de té y las tostadas. Luego puso música en sus oidos y salió hacia el trabajo. Eso lo mantenía vivo.

La bicicleta estaba mas liviana esa mañana, pese al viento que antecedía la lluvia, y las cuadras pasaban mas rápido que de costumbre. Eso le hizo ganar tiempo y decidió parar un rato en Plaza "San Martín" a mirar como la ciudad se ponía nuevamente en marcha. Siempre le gustó eso, ver las caras de la gente que, desepcionadamente, volvía a sus lugares de trabajo con gestos duros y mal dormidos. O los que volvían a sus casas luego de la jornada nocturna, con razgos de cansancio pero a la vez relajados de saber que regresaban al hogar y tomarían unos mates con su familia antes de acostarse a descanzar. Los pibes que iban al colegio, los canillitas, los colectiveros ya enojados desde temprano... La ciudad recomenzaba y le gustaba contemplarlo desde allí, desde su mirada lejana y su cuerpo tan al margen de todos... Como de su vida misma.

Siguio rumbo al trabajo. ¡Se había hecho tarde ya! Entró, se preparó el primer café del día, leyó el diario, resolvió el crucigrama y se puso con las obligaciones del día... Papeles y mas papeles le indicaban que la jornada iba a ser dura y que, por ese motivo, iba a pasar rápido. No estaba muy convencido si eso le convenía. El fin de la jornada significaba volver a la pensión, a ese sucio y oscuro paisaje que lo ponía muy nervioso y le hacía venir esos pensamientos de culpa y desesperación...

Aún se preguntaba: ¿Por qué escapé? ¿Es lo mejor que pude haber hecho? Dudaba, siempre dudaba... De todo dudaba. De lo único que estaba seguro era de que nada había cambiado. Solo el paisaje, nada mas. El dolor seguía, la culpa seguía, la desesperación aumentaba.

Llueve, dijo. Y pidió permiso para salir a tomar aire. Caminó, caminó... Sus pies iban solos, como si conocieran el camino. Su cabeza no estaba allí, sino meses atras. En el lugar y el momento preciso donde comenzó todo. Fue en ese instante cuando reapareció su sombra, que había perdido de vista hacia tiempo. Se detuvo a mirarla. Si, era su sombra, nuevamente. ¿A qué habría vuelto? ¿Por qué?

Fue la sombra quien se movió primero, quien empezó a caminar. Él solo la seguia, desesperado, empapado. Caminaba, mas rápido ahora. Sabía, por el rumbo que llevaba, que no iba a volver al trabajo, sino que iba camino de la pensión. Seguia lloviendo, aunque mas leve.

Reparó allí que Fermín, el perro del kioskero, lo había seguido. ¡Cucha Fermín! ¡Vamos! ¡Cucha Fermín! El perro reculó unos metros pero, ya estaban muy lejos. Entonces se acercó, le acarició la cabeza y el animal le lamió la mano. Señal de que seguirían camino juntos. La sombra estaba allí, detenida, no avanzaba y él tampoco. Fermín miraba. La sombra volteó la cabeza, como para mirarlo. Él, muy tranquilo, encendió un cigarrillo y asintió con la cabeza. La sombra volvío a arrancar primero. Detrás salió el, y Fermín en la retaguardia. Toda esa secuencia ocurrió frente a la catedral.

Luego vinieron los gritos, dentro de su cabeza algo gritaba muy fuerte. Tanto que lo aturdía mucho. Una voz, luego mas voces. Muchas, muchas, muchas. ¡Basta!, gritó. ¡Por favor, basta! Volvió a detenerse. dudaba, siempre dudaba... Comenzó a llover mas fuerte, su pelo chorreaba agua y sus lágrimas se confundían con ella. El paisaje era aterrador, ya había comprendido lo que sucedería. Lo que debía hacer. Seguia gritando y se cubria el rostro con las manos. Fermín sollozaba, temblaba. La sombra le acariciaba la cabeza. La ciudad seguia su marcha.

Llegaron, pués, a la pensión del 1027 y 1/2. Entró solo, sin perro ni sombra. Fue directamente al cajon y esta vez no dudó. Sintió, después de mucho tiempo, placer al ver como brotaba la sangre de su cuello y empapaba sus manos que se aferraban fuerte al cuchillo. El mismo con el que la había matado.